“Comimos cochinillo y bebimos Rioja Alta. Brett no comió gran cosa. Yo me di un atracón y me bebí tres botellas”, así reseñaba Ernest Hemingway en el libro Fiesta su experiencia en el restaurante Botín de Madrid, “uno de los mejores restaurantes del mundo”, añadía en su obra el escritor americano.
El premio Nobel de literatura no fue el único que resaltó al establecimiento más antiguo del mundo en un libro. Benito Pérez Galdós, Ramón Gómez de la Serna, Graham Greene, James A. Michener, entre otros, aterrizaron para comer a algunos de sus personajes a este restaurante madrileño, que abrió sus puertas en 1725.
Casi tres siglos de historia avalan a la pequeña posada del número 17 de la calle Cuchilleros, regentada en la actualidad por la tercera generación de los González, en la que comensales y turistas se deleitan de la inspiración de Hemingway, a base de cochinillos segovianos y corderos burgaleses.
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